Para el último día de visita de mi mamá decidimos ir de paseo a Ottawa. Comimos en un restaurante de comida cajún en Byward Market, caminamos a orillas del río, subimos y bajamos la colina que alberga los edificios del parlamento, maravillados con el sorpresivo cambio de clima. Grupos de estudiantes hacían picnics en los parques apenas reverdecidos, ellas en minifalda y vestidos de playa, ellos en bermudas y frecuentemente descamisados. Y, aquí y allá, todavía podían verse bancos de nieve amontonada!
En sus primeros días de visita mi mamá se la pasó enchamarrada y con los cachetes acalambrados de frío. Ahora, mientras escribo esto, los pájaros cantan que da gusto en mi jardín.
Los primeros retoños en Ottawa
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