sábado, 15 de agosto de 2009

Tramitología sencilla veraniega

El verano arrancó tarde y ahora que se encuentra en todo su esplendor, la reciente ola de calor me tenía ansiosa por refrescarme un poco. Aprovechando que de junio a agosto en mi oficina observamos el horario de verano -que consiste en trabajar 45 mins extras cada día para los viernes terminar a mediorìa- antes de salir busqué en internet la dirección de la piscina pública más cercana a mi casa. En la página web de mi colonia, encontré una lista con horarios, tarifas y hasta fotografías de las diferentes opciones. Me dirigí directamente al equivalente de la casa de la cultura del área en donde vivo, en donde presenté mi permiso de conducir y tres minutos después ya tenía una credencial con fotografía con la que podría acceder a la piscina por sólo 3 dólares ($5.25 para los no residentes). Rápidamente me fui a mi casa a ponerme mi bikini y veinte minutos después ya estaba flotando con la panza al aire en medio de la alberca.

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