jueves, 10 de septiembre de 2009

Noticias

A veces no pasa mucho en Montréal. En cambio, llega a suceder algo tan improbable como que de uno de los hoteles más céntricos se desprenda un balcón de pesado granito y aplaste a dos desafortunados comensales que cenaban sushi, veinte pisos más abajo. También está, por supuesto, el famoso episodio del ovni que mobilizó a la policía y al ejército en noviembre de 1990.
Ahora bien, no sabría en cuál de los dos extremos -el surrealista o el no pasa nada- ubicar la noticia que estuvo de moda ayer:

Una señora del barrio rico de Westmount abre un paquete de lechuga orgánica cortada a mano procedente de California. Del paquete salta una asustada rana.
La señora en cuestión fue entrevistada en la radio, en donde narró la sorpresa que se llevó, su probable tentativa de demandar a la compañía de las lechugas y también habló del final feliz de la polizonte californiana, que tuvo la gran suerte de ser adoptada en lugar de convertirse en el segundo tiempo del menú.

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